Ahorrando tiempo en la preparación de verduras
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¿Te levantaste tarde hoy y no tienes tiempo para prepararte el desayuno?
¿O quizás te quedaste trabajando hasta tarde y no te dio tiempo de comer a las horas que tenías pensado hacerlo?
También puede haber ocurrido que te hayan invitado a comer sin previo aviso y no quieras rechazar la invitación.
Hay muchísimas situaciones que se nos presentan cada día de forma inesperada y que pueden interferir con nuestros objetivos de comer y adelgazar saludablemente.
Déjame decirte algo:
La forma en la que respondas a estas dificultades es lo que determinará tus resultados
Hoy vamos a hablar de este tema, enfocándonos en la organización y la preparación previa, y más adelante abordaremos el tema de las situaciones inesperadas para ver algunas estrategias que nos sirvan par manejarlas lo mejor posible.
Por hoy, vamos a ver cómo podemos ahorrarnos tiempo en la preparación de verduras y frutas.
Pre-cortar las verduras
En general lo mejor es cortar las verduras justo antes de utilizarlas (ya sea para comerlas crudas o cocidas), porque así mantienen mejor sus nutrientes.
Sin embargo, si dispones de poco tiempo para preparar tus comidas saludables, no dejes que eso se transforme en una excusa para optar por el primer puesto de venta de sandwichs que encuentres en el camino (o simplemente pasar sin comer nada). Lo mismo aplica si no encuentras una forma práctica de incluir verduras recién preparadas en tu alimentación diaria.
En estos casos, lo mejor que puedes hacer es cortar una parte de las verduras que compres para la semana apenas lo hagas, y luego cortar la otra parte apenas te hayas terminado la primera mitad, unos 3 o 4 días más tarde. Incluso, si lo encuentras más fácil, puedes cortarlos todos y guardar una parte en el refrigerador y la otra en el congelador.
Hazlo de esta manera:
- 1Ten a mano varios envases donde guardarás las verduras picadas. Usa de preferencia envases de vidrio (son más higiénicos y duraderos) o en su defecto bolsitas plásticas.
- 2Pica cada tipo de verduras del tamaño y forma que prefieras (en tiras, cuadritos, rebanadas, etc.).
- 3Guarda cada tipo de verdura en un envase separado (pimientos rojos en un envase, pimientos verdes en otro, zanahorias en otro, cebollas en otro, espinacas en otro, etc.).
- 4Dependiendo de las cantidades, manténlos en la nevera, o guarda una parte allí y la otra parte en el congelador.
- 5Cada vez que vayas a comer, escoge una de estas verduras y úsala (o usa un poquito de varias, para hacer mezclas).
Aunque no lo parezca, esto te puede hacer ahorrar un tiempo increíble al preparar tus comidas, y te ayudará a aumentar tu consumo de verduras casi sin que lo notes.
Cada vez que quieras una ensalada, un omelette con verduras, o un sofrito, ya sea para comer en el momento o para preparar para llevar o comer más tarde, tendrás una gran variedad de verduras frescas al alcance de la mano, ya listas para usar.
Lo mismo va para las frutas: ananás (piña), mangos, duraznos, nectarinas, naranjas, fresas... todas estas se pueden cortar y guardar al menos un par de días sin estropearse.
Y también se vale comprar frutas y verduras congeladas.
Algunas estrategias te resultarán más prácticas que otras. No importa cuál (o cuáles) escojas, lo importante es que comiences a hacerlo y verás como poco a poco (sin apuros) podrás alcanzar la meta de consumir tus 10 porciones de verduras y frutas al día 🙂
El ritual del fin de semana
Tener un "ritual del fin de semana" significa apartar unas dos o tres horas cada sábado o domingo para:
1. Escribir el menú de la semana
2. Hacer las compras de la semana
3. Preparar las comidas de la semana
No se trata de que se vuelva una tarea obsesiva o de algo que tengas que hacer obligatoriamente (no lo metemos como Hábito por eso), sino que la idea es simplemente crearse una estrategia para para que el trabajo de la semana sea un poquito más fácil habiendo adelantado algo del trabajo con anticipación.
El domingo es uno de los días que resulta más práctico para hacer esto para la mayoría de la gente, así que puedes hacer tu ritual los domingos para que dejes listas estas comidas para la semana
El Ritual del Fin de Semana procede de la siguiente manera:
- 1Te tomas un tiempo para planificar: diseñas tus menús, las ideas para las comidas, y cualquier otra necesidad de alimentos para la semana.
- 2Cuando ya tienes preparado el plan de comidas, calculas más o menos cuánto de cada alimento vas a necesitar para la semana, y generas tu lista de compras.
- 3Vas a la tienda de víveres o supermercado o mercado y haces tus compras usando tu lista.
- 4Cuando llegas a casa ya con todas tus compras, es la hora de comenzar a preparar los alimentos para la semana. Algunas personas prefieren preparar todas sus comidas de la semana (excepto los batidos). Otras personas prefieren ver cuáles comidas serán fáciles de preparar justo antes de comer y las dejan para después, y preparan solo las comidas que necesitarán comer durante las horas de trabajo o en momentos de poco tiempo en que preparar comidas sea más difícil. Por ejemplo, a algunas personas se les hace fácil preparar los desayunos y las cenas en el momento y solo les lleva algunos minutos hacerlo. Otras personas tienen a alguien más que prepara las comidas por ellas (la pareja, los padres, o alguna persona que ayuda con las tareas de la casa). En cualquier caso, esas comidas se pueden preparar justo antes de comerlas. Sin embargo, en general, los almuerzos y las meriendas de cada día (para quienes las comen) suelen presentar inconvenientes, así que lo mejor es prepararlos con anticipación.
- 5Luego viene cortar/cocinar/almacenar. Cocinas las carnes, almidones y leguminosas, cortas las verduras. Lo mejor es tener todo listo y preparado de manera que puedas agarrar las porciones necesarias de cada alimento. Si se trata de las meriendas, por ejemplo, ya tendrás lista la porción, solo de agarrarla justo antes de salir al trabajo y no sufrirás si te sorprende alguna situación inesperada o fuera de planes.
El ritual del desayuno
En lugar de preparar todas las comidas de la semana en un solo día, mucha gente prefiere preparar la comida del día cada día.
Para eso sirve el ritual del desayuno: preparas la comida del día en la mañana.
Esto es práctico para quienes se toman un tiempo para preparar el desayuno. Ya que estás cocinando, pues inviertes unos minutos adicionales y preparas cada una de las comidas del día, aprovechando de realizar varias tareas a la vez: mientras se cocinan los huevos, picas las verduras de la cena, etc.
Al igual que en el caso del ritual del fin de semana, debes considerar cómo podría desenvolverse tu día dentro de las mejores condiciones (llegas temprano del trabajo y tienes tiempo para relajarte en la noche), o en los peores casos imprevistos (una fecha de entrega adelantada, trabajo hasta tarde, encargarte de los niños al llegar a casa, etc.). La idea es que estés preparad@.
Una combinación de rituales también puede funcionar muy bien.
Por ejemplo, en casa hacemos las compras cada viernes o sábado, y preparamos las comidas principales (los almuerzos y las cenas) el sábado o domingo.
Antes trabajábamos fuera de casa y, como almorzamos ensaladas entre semana, el domingo dejábamos listas las ensaladas para lunes, martes y miércoles. Los miércoles en la noche preparábamos las ensaladas para jueves y viernes (se preparan rápido pues ya las verduras están cortadas y las fuentes de proteína cocidas). Cada mañana, durante el desayuno, preparábamos las meriendas del día.
Hoy día trabajamos ambos en casa y ya no hacemos meriendas, así que preparamos las ensaladas del almuerzo justo antes de comerlas (ya teniendo cocinado y/o pre-cortado casi todo).
Es cuestión de organizarse y de adoptar las estrategias que nos resulten más prácticas según nuestra situación y condiciones de vida, y ser lo suficientemente flexible para evolucionar en la medida en que cambian nuestras circunstancias.
Relax, take it easy
Sin embargo recuerda: saltarse una comida un día, o comer algo fuera de planes, no significa que se acaba el mundo o que has estropeado tu objetivo. Obsesionarse con esto de la preparación y de alimentarse sanamente puede dejar de ser saludable, y puede llegar a ser tan dañino como el no preparar nada nunca y comer mal todo el tiempo.
La clave está en que te sientas capaz de tomar buenas decisiones (lo más saludables posible) cuando te enfrentes a situaciones inesperadas.
¿Qué aprendimos hoy?
Lo que debes hacer hoy:
1
¿Realizas ya alguno de los "rituales" de los que hablamos en la clase de hoy?
Si no, ¿te parece viable implementarlo?
2
¿Cómo te ha ido con este hábito de las verduras?
Ya se está acabando la semana y pronto comenzaremos nuevo hábito. ¿Cómo te encuentras con este? ¿Has logrado lo que te propusiste cuando lo iniciamos?
Reflexiona un poco al respecto y comenta tu experiencia en la Comunidad de TNC, en la App. Esto te ayudará a identificar aspectos en los que necesites ayuda o en los que puedas seguir trabajando, además de ver lo positivo que has podido lograr hasta ahora y celebrarlo (¡muy importante!).
3
Aunque comenzaremos hábito nuevo a partir del lunes, no olvides que debes seguir con los hábitos anteriores
Los hábitos se acumulan y se construyen uno sobre el otro, no se sustituyen. En la medida en que vamos avanzando y los hábitos se van sumando, tendrás que hacer un esfuerzo un poquito mayor, así que trata de centrarte exclusivamente en lo que hablamos cada día en cada clase, y en hacer únicamente lo que te indico que hagas.
No te pongas más exigencias de las que corresponden, todo lo trataremos poco a poco. ¡Así tendrás más probabilidades de éxito!